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Toda la melancolía de Almodóvar y la calidez de Cruz, en una película extraña. He escuchado miles de comentarios relacionados a este film. Que es bueno, que es malo, que es enredado, etc. Pero lo cierto es que este director español, jamás te deja indiferente. Siempre nos quedamos pensando en algo cuando acabamos de ver algo de este tipo irreverente del cine. Cruz, como nunca se había visto, con un desparpajo a la hora de ser una puta y una soñadora. Es adorable. No hay caso en eso. La trama, algo enredada a ratos. Un escritor de guiones que vive envuelto en su pasado. Una mentira u omisión que se desenmascara el final. Un malo obsesivo. Un antagonista, el hijo del malo, que tiene una sed de venganza entendible y querible, hasta cierto punto. Me gusta ver cine español. Sus calles, sus autos, su comida, su chabacanería me dan cierta calidez, me quedo pegado y me interesa saber quien fue el asesino. Almodóvar lo logra casi siempre. “Los abrazos rotos”: recomendable para quienes quieren darse un baño de muchas cosas juntas en una faramama de dos horas, que te logra mantener ahí, “metido” como se dice. Véanla.